La vida, para expresar la creación, necesita contener dos polos en sí misma. La polaridad masculina es entendida como el deseo de crear según una idea. La polaridad femenina es su capacidad de darle forma a tal idea, siguiendo los impulsos de su propia voluntad. Este es el sentido de KEB’ o “dos”, el cual también hace referencia a dos fases de actividad: la vida como potencial latente de expresar el universo, y la vida activando la expresión del mismo.
TIJAX (branco) es el nahual que permite la finalización de toda expresión de la vida, la corta de la existencia y la destruye. Sin su poder la transformación sería imposible, y por lo tanto no habría evolución. Sin embargo no es la “muerte” y sí el instrumento que la acompaña. Sacrifica la forma para poder liberar su energía y así, dejarla desarrollar otra más avanzada según los propósitos del Arquitecto y Formador. En la cultura maya es un poder que permite sanar, pues por su acción se hace factible el libre flujo de la vida.
" La vida en su multiplicidad corta con el sufrimiento y sus causas"
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